Se denominó Vanguardias a distintas corrientes que se caracterizaban por el deseo de revolucionar el arte desde su misma base.

Proviene del termino Vanguardia, que a su vez proviene del francés avant-garde, que significa "la primera línea de un ejército en la batalla", un término léxico militar.

El origen del Vanguardismo es incierto, pero se podría decir que nació con ayuda del Impresionismo que surgido en la comunas Parisinas, de lo que se basó el Expresionismo, creado en Alemania en 1905, el cual nació para oponerse al impresionismo. Fue inspirado originalmente en las artes plásticas y en la pintura, abriendo un mundo visual y simple para el público; pero con éste se enlazo la literatura.

Los vanguardistas promovían distintas vías de crear un arte nuevo y original y se manifestaron a través de varios movimientos que, desde planteamientos divergentes, abordan la renovación del arte, desplegando recursos que quiebren o distorsionen los sistemas más aceptados de representación o expresión artística, en teatro, pintura, literatura, cine, arquitectura o música, entre otros.

Algunos autores, como Peter Bürger en su Teoría de la Vanguardia distinguen las "auténticas" vanguardias de aquellos movimientos que orientaron su confrontación hacia la institución arte y la dimensión política del accionar artístico en la sociedad, y concentraron sus innovaciones en la búsqueda de nuevas funciones y relaciones de poder.

Se caracterizó, en general, por su actitud provocadora y rebelde que iba en contra de las leyes sociales, ridiculizándolas. Desde el punto de vista estéticos poseía tres principios básicos:
  • La lucha contra las tradiciones, procurando el ejercicio de la libertad individual y la innovación.
  • Audacia y libertad de la forma. 
  • El carácter experimental y la rapidez con que suceden las propuestas, unas tras otras.
El Vanguardismo Literario, generalmente mediante manifiestos, establecía "un modo de hacer literatura" y afecto a la narrativa, al drama y a la lírica, la cual tenía como característica el mantener el gusto por lo excepcional y lo extraño, característica heredada del simbolismo, y la difusión de sus problemas ideológicos por medio de manifiestos y revistas.