
Una vez acabada la guerra publicó su primera obra poética El
deber y la inquietud (1917). En 1918 continuó con Poemas para la paz, y entró
en contacto con Aragon, Breton, Soupault, Paulhan y Picabia, con quienes en
París participó en todas las manifestaciones del movimiento dadaísta. Con ellos
inauguró poco después el surrealismo. En 1921 publicó un pequeño libro titulado
Les nécessités de la vie et les conséquences des rêves.
Éluard es el poeta del surrealismo por excelencia y uno de
los miembros más destacados del movimiento; su perfil se distinguía del de sus
contemporáneos y destacaba con personalidad propia. Utilizó un lirismo muy
personal y el fin de su poesía fue descubrir y revelar lo real. Tanto lo onírico
como la acción llevan al poeta hacia el amor, a una comunicación fraterna. En
1924 partió sin rumbo fijo, sin dar jamás una explicación del porqué de esa
huida que duró siete meses. De regreso a París fue uno de los primeros en hacer
una distinción entre textos surrealistas, relatos de sueños y poemas, al igual
que también marcó la diferencia entre poesía involuntaria y poesía intencional.

Pasó en París la ocupación alemana, en 1942 se afilió al
partido comunista y publicó varios textos de carácter poético en colaboración
con la resistencia, uno de los cuales se convirtió en canto nacional. Poésie et
vérité (1942), Dignes de vivre(1944) y Au rendez-vous allemand (1944) son obras
que se fundamentarán en esas poesías clandestinas. Una vez acabada la guerra,
abundó en la temática social: de esta época son Poèmes politiques (1948) y Une
leçon de morale (1949); esta evolución respondía al deseo del autor de que el
hombre se encuentre en armonía con la sociedad que le rodea.
A pesar de que el surrealismo deja en el poeta un lenguaje
conciso y oscuro, idóneo para despertar cierta violencia, se puede decir de él
que es un lírico excepcional que encuentra el equilibrio perfecto en la
expresión de emociones contradictorias, donde el amor se opone a la
desesperación y le sirve de contrapeso. Por ello, además de ser el máximo
exponente de la poesía surrealista, Éluard ha pasado a la historia como uno de
los grandes maestros de la lírica francesa. De manera póstuma se publicaron
Lettres de jeunesse, avec poèmes inédits (1962) y Le poète et son ombre (1964).